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miércoles, 11 de septiembre de 2013

En Dublín de nuevo.

Ayer ya cerrábamos la vuelta a la Isla, llegando lo más al sur que íbamos a estar los dos juntos. En los Cliff de Moher. Hoy tocaba llegar a Dublín para pasar aquí la tarde y mañana el día completo en jornada de descanso y disfrutando de la ciudad.

Nos levantamos a las 8, aunque llevábamos tiempo en la cama despiertos, ya que nos acostamos pronto la noche anterior y no teníamos más sueño. Fuera sonaba un aire muy fuerte, con lo que sin abrir las cortinas se presagiaba una jornada dura. Cuando abrimos las cortinas se confirma. El día, al contrario que ayer, se nos presenta totalmente encapotado y amenaza lluvia, aunque aun no ha llegado.

Aprovechando que vamos a desayunar cogemos el equipaje para cargarlo en la moto, aunque cuando estamos dispuestos a salir, Irlanda se muestra en todo su esplendor y comienza a llover. Finalmente decidimos que vamos a desayunar, cogemos los chubasqueros a la vuelta y con los chubasqueros puestos cargamos la moto pasando totalmente de la lluvia. Así lo hacemos.

Nos sirven un desayuno genial, para mi Irish breakfast y para Julia continental. Además nos insisten mucho en que tomemos zumo, nos ofrecen varias veces café y lo que necesitemos. Me encanta Irlanda por sus gentes amables.

Aunque lo alargamos, finalmente nos toca mojarnos cargar la moto y salir. Cogemos la misma carretera pequeña y estrecha que trajimos ayer, sólo que con la lluvia hay que extremar las precauciones y se nos hace muy larga. A la altura de Galway cogemos la autovía M-6 y directos a Dublín sin mucho más que contar. Aunque comenzó con fuerza finalmente no nos llovió mucho por el camino y eso es de agradecer viajando en moto.

Una muestra más de la espontaneidad de la gente se nos vino encima cuando paramos a tomar algo cerca de Clara, a medio camino entre Dublín y Galway. Mientras me preparan un café para Julia, a un hombre mayor le impresiona el color amarillo chillón de mi chubasquero, le comento lo importante que es ser visto cuando se circula en moto, me da totalmente la razón, me saluda amablemente y sale de la gasolinera tranquilamente. Salgo a darle a Julia su café y a tomarme mi refresco. Estando fuera le pedimos a un hombre que si nos puede hacer una foto, con mucho gusto nos hace la foto a los tres, moto incluida, no le convence, nos cambia la pose y repite la foto. Finalmente nos pregunta de donde somos, le comentamos nuestra procedencia y nos dice que tiene una casa en La Marina (Alicante). En Irlanda gusta nuestro país.

A eso de las dos hora local llegamos a Dublín directos al hotel. Reclamamos nuestra reserva y salimos para aparcar la moto en un porche privado del hotel. Volvemos a entrar y nos dan habitación.


Rápido nos cambiamos, bajamos a comer y volvemos, yo necesito una siesta. Una hora después volvemos a salir. Nos acercamos a la zona con más vida de Dublín, Temple Bar. Paseamos y llegamos hasta la catedral de St. Patrick. Según llegamos cierran, con lo que nos volvemos al centro, buscamos un bar donde ofrecían pizza más pinta por diez euros, pero antes nos cruzamos con el Trinity College, pasamos, echamos un vistazo y me enamoro. Me gustaría estudiar aquí, no como en la UNED, todo aulas nuevas y además, siendo a distancia, nunca iba más que lo mínimo necesario. También nos cruzamos con la estatua de Molly Malone, un poco escondida entre tanta obra, quien sirve de inspiración a un himno no oficial de Dublín..

Finalmente encontramos el bar, entramos y me enamoro de él. Las paredes están totalmente firmadas, las mesas, está decorado con lo primero que pillan (cubos, botellas, bidones, etc.). Además ponen música rock y cerveza. Una pinta de rubia para Julia, una de Guinness para mí y una pizza de peperoni. Agotamos las cervezas aunque no la pizza, es peperoni de pura cepa y nos abrasa la boca.

Volvemos al hotel pensando en descansar, hablamos por la webcam con Fran y Elena, y  mañana será otro día.


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