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sábado, 25 de julio de 2009

Oporto, la bella descuidada.



Pues de nuestro viaje a Oporto me han quedado dos cosas, cansancio y sensaciones enfrentadas. El cansancio es lo normal tras la visita tan fugaz que tuvimos. Las sensaciones enfretadas me llega por la cosa de que Oporto es una ciudad preciosa. Perfectamente podría estar llena de bohemios y melancólicos que creen que cualquier época pasada fue mejor, pero de llegar allí este tipo de gente saldría a la carrera, por que al llegar allí, te encuentras una ciudad aparentemente avanzada, que se trasnforma en sucia y descuidada cuando llegas al centro.


Lo cierto es que nuevamente me gustó mucho una ciudad extranjera, de la que traigo un recuerdo increible de la famosa librería y del Magestic Café.